En el extremo sur de América, los puertos de Ushuaia (Argentina) y Muelle Arturo Prat (Chile) se consolidan como principales puntos de embarque hacia la Antártida. Mientras Ushuaia mantiene liderazgo histórico por su proximidad al continente y logística consolidada, Punta Arenas busca ganar terreno mediante modernizaciones e inversión en infraestructura portuaria y turística.
Ushuaia ha sido durante décadas el principal puerto de embarque hacia la Península Antártica. Informes oficiales muestran cifras que consolidan su liderazgo y su condición de home port preferido por numerosas navieras, con cientos de viajes y decenas de miles de pasajeros contabilizados en temporadas recientes.
Ventajas estratégicas y logísticas
Además de su ubicación más cercana a la Antártida, que reduce días de navegación, Ushuaia ofrece una logística consolidada: agentes de turismo especializados, rampas y muelles adaptados para alta frecuencia, y una oferta urbana turística que facilita embarques masivos, traslados de pasajeros y excursiones previas al viaje antártico.
Por su parte, Punta Arenas ha experimentado una modernización sostenida de su infraestructura portuaria, con ampliaciones del Muelle Prat y mejoras en la terminal de pasajeros. La región implementa una estrategia explícita para captar más flujo antártico, buscando posicionarse tanto como home port como hub logístico para expediciones y cruceros.
Aunque todavía está detrás de Ushuaia en número total de recaladas históricas, Punta Arenas ha incrementado inversión pública y privada y proyecta captar mayor parte del negocio antártico. No obstante, especialistas advierten que estas acciones, aunque importantes, aún son insuficientes para desplazar al puerto argentino en el corto plazo.