Ushuaia | 19 dic 2024
“No debemos hacer clientelismo, sentarnos y llevar dos bolsas sólo para levantar demanda”
La concejala de Ushuaia por el PJ, Yésica Garay, habló sobre el trabajo territorial que realiza y la importancia de repensar la praxis política desde la cercanía constante con los vecinos, y no sólo en tiempos electorales.
Para Garay, el clientelismo “no es estar cerca de la gente y tener la agenda de la comunidad. Nosotros sostenemos el acompañamiento en el tiempo. Yo trabajo fuerte con la zona norte, que es San Vicente y La Cantera”.
En esta línea, analizó que “hoy la política y las conducciones están en crisis. Hay un sector que trabaja fuertemente para poner en duda a quienes hacemos política. Esto se traslada en lo micro, a la hora de salir al territorio y hablar con los vecinos. Ellos reclaman todo por igual: el pozo, el turno de oftalmología, el medicamento y el corte de energía”.
“Debemos escuchar la demanda y hacernos cargo de que algunas cosas las recibimos bien y otras no tanto. Eso nos hace humildes y grandes. Uno no ha hecho todas las cosas como las pensó. Obviamente la gestión genera cierto desgaste. Somos cortoplacistas. La memoria está siempre en lo inmediato. Cuando haces un recuento de todo lo que se ha hecho, uno se olvida”, continuó.
Además, entendió que “también tenemos que poder decir ‘esto no está a mi alcance’. No sé si todos lo hacen, pero yo aprendí a hacerlo. Si no, por el compromiso que uno tiene, se lleva un nivel fuerte de frustración. Es muy difícil resolver toda la demanda. Uno puede articular con alguien y ver cómo ayudar. Hoy la gente agradece la escucha y que le digas ‘no puedo ayudarte con esto, pero sí hablar con alguien’”.
“Tiene que ver con un diagnóstico de gestión. Este no fue el mejor año que recuerdo. No hay espíritu navideño en Ushuaia. Eso habla de cómo estamos anímicamente”.
La concejala atribuyó esta falta de ánimo al Gobierno de Javier Milei, al que acusó de venir “a romper y destruir nuestro estado anímico. Cuando uno está bien emocionalmente y económicamente; cuando tengo mi red de contención y de trabajo, me puedo relacionar y vincular, y entender lo que está pasando. Si estamos mal, es muy difícil”.
“Hemos entendido algo que la derecha hizo muy bien: la repetición de algo. Si digo mil veces que sos chorro, a alguien voy a convencer. Entiendo que hacen un poco eso”.
Respecto a las críticas recibidas por su afiliación política, aclaró: “Yo estoy orgullosa del lugar al que pertenezco. Estoy muy orgullosa de ser de La Cámpora. Yo soy una orgullosa militante kirchnerista. Nací como militante con Néstor y Cristina. Quienes militamos lo sentimos como una pasión, y es una elección de vida”.
“Todo el tiempo decimos ‘mirá qué distintos somos’. Son discusiones saldadas. No me molesta que me digan kuka, camporista o K. Siempre digo que ojalá puedan formar parte de un movimiento nacional. Si voy a La Pampa o a Neuquén voy a encontrar a un compañero o compañera que diga lo mismo que yo, porque tenemos formación política”, continuó.
Consultada por su proyección para el 2025, previó que “va a ser complejo. Habría que repensar si no cambiar la Constitución nacional y no tener elecciones cada dos años. Es un fenómeno social lo que ha pasado con la imagen de Javier Milei. En un tiempo tiene que haber profesionales que puedan analizar esto que viene sucediendo y excede nuestra razonabilidad, porque alguna explicación tiene que haber”.
En este marco, entendió que Javier Milei “vino a irrumpir en un momento de la historia, la democracia y la política. La grieta está y existe. No es algo nuevo. Tiene 190 años. Va a ser difícil explicarle a la gente qué es una cosa y qué la otra”.
“Todavía no terminamos de entender el impacto que tendrá la Ley Bases y las modificaciones de la estructura institucional y política argentina. Creo que tienen un plan armado, que lo están cumpliendo y todavía se va a profundizar. El receso económico está, es real”, advirtió.
Para cerrar, preguntó: “¿Cuánto más va a aguantar la gente? Eso es lo que no sabemos decir. Yo he escuchado a docentes todo el año. Los chicos se desmayan en las escuelas. Llegan desesperados a desayunar y almorzar. Hay una agenda difícil de prever, porque sabemos que la gente la está pasando realmente mal”.