lunes 23 de diciembre de 2024 - Edición Nº188

Nacionales | 5 dic 2024

Informe de la UCA: la mitad de los argentinos sigue en situación de pobreza

En el tercer trimestre, la pobreza alcanzó al 49,9% de la población. Bajó desde el pico de 55% registrado al inicio de este año, pero sigue más alta que en 2023.


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Según la medición del tercer trimestre 2024, la pobreza en la Argentina alcanzó al 49,9% de la población, lo que representa una baja respecto del comienzo del año, aunque aún se encuentra por encima en la comparación interanual, de acuerdo con el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA).

 

A principio de año, con el efecto inicial del ajuste en los primeros meses de Gobierno de Javier Milei, la pobreza había llegado a casi 55% de la población, desde el 44,7% de fines de 2023.

Sin embargo, en el segundo trimestre el número empezó a revertirse y, en el tercer trimestre, retrocedió a 49,9% de pobreza.

 

En tanto, la indigencia pasó de 11,9% en 2023 a 12,9% en el tercer trimestre de este año.

 

En este contexto, se relevó que el 29,4% de los hogares debió recortar el gasto en medicamentos; el 29,9% no pagó tasas o impuestos; y el 27,1% no pudo pagar algún servicio.

 

Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, dijo que “lo que estamos sufriendo hoy no es sólo el efecto de una política de ajuste sino el agotamiento de un ciclo económico que tiene más de 20 años” y consideró que “la política del actual Gobierno era de alguna manera necesaria”.

 

Al presentar el informe a la prensa, sostuvo que las políticas de ajuste “se hicieron a un ritmo muy acelerado y con alto costo inmediato”, aunque “tuvieron un impacto regresivo de menor profundidad de lo que podía esperarse”.

Al analizar la pobreza e indigencia en la infancia, se relevó que actualmente 2 de cada 10 niños viven en pobreza extrema. El 65,5% de los niños en Argentina viven en situación de pobreza y el 19,2% en situación de indigencia.

 

Salvia observó que “hay una desinversión generacional”, dado que en 2011-2012 40% de los niños eran pobres y hoy ese número asciende a 65,5%.

 

Se observa un incremento de la pobreza infantil en los estratos medios, pero sobre todo una mayor concentración de pobreza extrema en los estratos más bajos de la estructura social. Los niños/as de hogares con menor capital social son los más sufrientes y afectados por la crisis.

 

Por otra parte, en la Argentina urbana actual el 36,3% de los hogares reciben asistencia económica directa o indirecta por parte del Estado Nacional, provincial o municipal.

Si se calcula la situación sin AUH, u otros programas o pensiones no contributivas, se estima que la indigencia ascendería a 23,2% y la pobreza a 55,4% de la población.

 

En este contexto, Salvia acotó que “buena parte del problema está en la estructura ocupacional. Argentina no genera buenos empleos”.

 

Se observa un aumento del subempleo inestable (changas), que alcanza al 23,6% de la población económicamente activa; mientras que sólo 40% de la fuerza de trabajo tiene empleo pleno de derechos (con salario que cubre el costo de vida, estabilidad y aportes de seguridad social).

 

El deterioro de las oportunidades de empleo y de las remuneraciones se correlaciona con el aumento del porcentaje de ocupados que residen en hogares pobres, con marcadas diferencies entre estratos socioeconómicos.

 

De acuerdo con el relevamiento, el 35,3% de los trabajadores es pobre.

 

El Observatorio de la UCA advirtió que “no solo hay que estabilizar la macroeconomía, sino también proyectar un desarrollo con mayor productividad, empleo e inclusión social” y llamó a definir “políticas orientadas a fomentar la inversión, introducir nuevas tecnologías, multiplicar las exportaciones, recuperar el ingreso y hacer posible la creación de más y mejores empleos, junto a un cambio radical en el sistema de seguridad social”.

Salvia sostuvo que “la tendencia de la pobreza es a la baja; es de esperar que la pobreza siga bajando y el Gobierno termine el año por debajo del último trimestre del año pasado”.

 

“Esperábamos indicadores más graves. La sociedad argentina tenía reservas que no medíamos, que hizo que el proceso de crisis se viera amortiguado”; sin embargo, “tenemos problemas estructurales que la crisis actual no los resuelve y está abierto el futuro”, concluyó.

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