Policiales | 5 sep 2024
Una burbuja de aire y un celular con señal en la montaña: el milagro que salvó a un esquiador cordobés sepultado por una avalancha
Augusto Gruttadauría tiene 29 años y es uno de los tres deportistas accidentados ayer en el Cerro López, en Bariloche. Una escocesa de 27 años murió por el alud y el guía pudo ser rescatado.
Centinela de Bariloche, el Cerro López será por siempre una maravilla andina. Pero también le cabe la definición de trampa mortal, cuando el invierno se desploma sobre la Patagonia y las tempestades acechan hasta bien entrado septiembre. Nadie que se auto perciba montañero puede ignorar esta verdad. Puede no saberlo un turista, que toma riesgos por desconocimiento, pero nunca los escaladores o los guías locales, que viven de vender aventuras en los confines deslumbrantes de la Argentina.
Pero ahora hay una mano que sale del hielo, como una brazada de ultratumba. Alguien que podría estar muerto y vive. Es la madrugada, las 3 de la mañana y las temperaturas están por debajo de cero. Es la mano de Augusto Gruttadauría, de 29 años, cordobés, un hombre congelado. Convaleciente, al borde de la muerte, consigue sacar la cabeza y un teléfono celular. Marca 911 y avisa que todavía respira. El dialogo que se produce es el siguiente:
AG: Hola estoy en el Cerro López, me cayó una avalancha. De pedo puedo respirar, tengo las piernas atadas. Por favor.
Operador: No me corte, lo voy a comunicar, ¿su nombre?
AG: Augusto Gruttadauria
Operador: No me corte que me voy a comunicar con Bariloche, no corte Augusto.
-Es transferido con una operadora de Bariloche-
AG: Hola, se me cayó una avalancha en el Cerro López, por favor. Me está agarrando hipotermia. Hace cuatro horas me cayó. De pedo puedo respirar porque me hice un hueco.
Operadora: ¿Cómo se llama?
AG: Yo soy Augusto Gruttadauria. Estoy en la cara derecha del refugio. Envíen a alguien por favor. Tengo frío.
Operadora: Necesito que se calme. Me dijo que está entonces a la derecha.
AG: Por favor
Operadora Si señor, tenemos conocimiento, por favor no me corte. No hagas esfuerzos de más por favor. Ahí ya estamos localizando al personal, quedate tranquilo.
AG: Gracias por atenderme. Ojalá vengan, ojalá lleguen.
Augusto está bloqueado por los mismos esquíes que porta, no se los puede quitar, está posiblemente quebrado, debajo de escombros de hielo. Pero vive y un operativo desesperante se lanza a recuperarlo.
Se activa una nueva trepada a la zona de desastre. Van por tierra los jóvenes montañistas que integran la Comisión de Auxilio del Club Andino Bariloche. Por aire, un helicóptero de Defensa Civil. La nave se posiciona en el cono de la avalancha. Todo es peligroso. La nieve parece quieta, pero podría volver a moverse. Un mandato insoslayable de todo operativo de rescate es que “no se debe aumentar el número de víctimas”. No pueden morir los que suben a salvar vidas o a rescatar cadáveres. Ya hay una mujer muerta, una esquiadora escocesa, llamada Andrea Marshall, de 27 años; hay un sobreviviente que logró ser evacuado en la noche y falta quitar de ese sitio a este pobre hombre helado.
Delicado y preciso, el operativo de rescate del segundo sobreviviente de la avalancha se consuma a las 9 de la mañana de este jueves. “Su estado de salud no es el óptimo. Hay que interpretar que estuvo en la montaña desde ayer y está con algunos golpes”, indicó el secretario de Protección Ciudadana de Bariloche, Carlos Madjinca. Augusto, el sobreviviente, pasó once horas enterrado en la nieve. ¿Cómo logró sobrevivir? ¿Cómo consiguió generar calor o evitar perderlo por completo para salir milagrosamente vivo?
La avalancha se registró el miércoles a las 17.15. Fue de magnitud D3 (muy grande, el máximo rango es D5). La mujer que perdió la vida es escocesa, confirmó Nahuel Campitelli, de la Comisión de Auxilio del club Andino de Bariloche. Quien salió por sus propios medios es un guía local llamado Cristian Erauskin, que fue atendido anoche y no quedó internado. El cuerpo de la escocesa Marshall y el guía fueron rescatados en la misma noche del miércoles. Pero Augusto vivió la penuria. Percibió cómo el frío le anestesiaba el cuerpo, le aniquilaba el dolor hasta el punto de no sentirlo por la magnitud misma del sufrimiento que padecía.
El traslado del esquiador, este jueves a la mañana en Bariloche. Foto Eugenia Neme / Bariloche
Se cree que la avalancha fue ocasionada por las mismas víctimas, que el miércoles, de modo imprudente, se lanzaron a una zona conocida como “filo de las cabras”, extremadamente expuesta y peligrosa, en medio de un clima demencial. 45 grados de desnivel, una caída puede ser mortal. Nunca se debe salir a la montaña en invierno, bajo esas condiciones. Cualquier escalador sabe que es un llamamiento a la tragedia. Pero el guía condujo la cordada de todos modos. Los expertos creen que muy probablemente los pasos de ellos tres sobre la placa de nieve provocaron el corte y el desplazamiento del bloque y la marea de escombros.
Según datos del Club Andino local, el frente de la avalancha tenía un ancho de 500 metros. El desplome culminó al pie de un mallín, casi mil metros por debajo del filo donde comenzó. A las 18.30, la primera cuadrilla de auxilio trepó a buscar a los accidentados. Pronto supusieron que buscaban gente muerta.
La búsqueda se prolongó por horas. Hallaron el cuerpo de la esquiadora de Escocia, que murió en el acto. Luego rescataron y evacuaron al guía local. Faltaba Augusto. Las condiciones adversas y los riesgos extremos hicieron que los rescatistas tomaran la decisión de suspender las tareas hasta el día siguiente, sin saber si las condiciones climáticas les permitirían buscar lo que, hasta ese momento, suponían era un cuerpo. Sin embargo, un llamado a las 3 de la mañana conmovió a todos. Era Augusto. Estaba vivo, todavía sepultado.
El cordobés había logrado crear una burbuja de aire en la nieve para poder respirar. Eso le salvó la vida. Además, le permitió tomar su teléfono para pedir ayuda. “Nos sorprendió gratamente a las 3 de la mañana cuando logró comunicarse. Lo que menos imaginás es que te llamen para una cosa así. Obviamente se decidió ir rápidamente a su búsqueda”, relató Martín Raffo, un médico integrante de la Comisión de Auxilio del Club Andino Bariloche, que asistió y acompañó al joven cordobés hasta que llegó al hospital Ramón Carillo este jueves a la mañana.
El operativo anoche el Cerro López. El esquiador desaparecido llamó en plena madrugada, después de que se había suspendido la búsqueda.
Augusto quedó en la parte más alta de la avalancha. Desde donde estaba él hasta el depósito -que fue el lugar en el que se lo buscó inicialmente-, hay más de 700 metros y una pendiente de 45 grados. En esa zona se improvisó la planicie donde finalmente se pudo posicionar el helicóptero de Defensa Civil que trasladó al sobreviviente milagroso. Al cierre de esta nota, Augusto estaba mejorando. Según se pudo saber, los médicos de Bariloche que lo asisten estaban tratando de que se cuerpo recupere el calor perdido. Literalmente, trataban de subirle la temperatura.